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Los caminos del gato: Obra de Francisco Zayas

 
Los caminos del gato

Cuando concibo la pintura de Francisco Zayas podría precisar  tres caminos inspirados de la vida del gato: La eternidad gatuna es igual a la pintura. Cuando ilustro una reflexión del estilo podría  discernir una primera orientación que tiene una influencia del contexto donde el artista ha organizado su lenguaje artístico, su universo de significaciones subjetivas. Acá Zayas frecuenta irremediablemente con interés una escuela de pintura californiana que aportó la tradición del Expresionismo Abstracto, la cual rompía el modelo narrativo de la imagen que llegaba inevitablemente a la confianza de la mancha mediante la expresión. En este sentido, el acto pictórico dejaba la historia por el progreso y sin cuentos se liberaba en formas y figuras. Pensaría que su gramática visual es inagotable, a pesar de los intentos figurativos de la posmodernidad y omnipresencia de la cultura digital que desmaterializa todo intento de objetualizar,  por tanto, este movimiento ha podido sobrevivir como piedra angular en un sistema que aún existe y se reproduce como tal.
En este sentido, la segunda motivación de Zayas de creación dialoga con la destreza sobre la materia pictórica. Acá, la actitud fiera de transitar de una manera híbrida; versátil y exploratoria. El amor a lo invisible implica cazar un pensamiento complejo e infinito donde el color, las formas y los elementos se organizan para ser autónomos de la realidad al construir un reino separado de las apariencias miméticas de lo real. ¡Hay que tener ímpetu para ser abstracto! Esta fortaleza podría estar en la configuración de las manchas que se metaforizan en signos que hacen referencia a las ambigüedades pero generan un aprendizaje de vida. Puedo decir que no es cualquier marca que se hace sobre el soporte sino las huella de gato del autor.
El ultimo pensamiento nos traslada a la conducta felina, la cual se refiere al tema de interés y a la admiración por la moraleja y la postura.  Tal vez todos deberíamos de asimilar con éxito esa rutina cotidiana que requiere de agilidad y destreza; poder evaluar un derrotero inevitable mientras se reconoce la vida llena de obstáculos y brincos; atinando sacudidas imprevisibles sobre un territorio desconocido; asumiendo la ruta con sabiduría hacia una mutabilidad del andar que genera la confianza en un entorno convulso y lleno de cambios.  

MA. Rodolfo Rojas-Rocha
Profesor de la Universidad de Costa Rica
y candidato al doctorado en Arte Digital, Universidad Laval.
Québec, Canadá.






 

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