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El crítico de arte y el control ideológico

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El crítico y el control ideológico

Para llegar a ser crítico, hay que ser especialista del área sobre la que quiera ser crítico[1] y además adquirir formación complementaria. Debe intentar llegar a los lectores, de manera atractiva y sugerente. No se puede utilizar un lenguaje excesivamente técnico sino asequible a los lectores. Muchos críticos escriben pensando en que otros críticos los van a leer. La función del crítico no es sólo valorar, sino también explicar la obra y mostrar las opiniones que se dan de ella, pero aportando justificaciones[2].Hay que tener en cuenta que el crítico tiene delante distintos grupos de lectores con distintos intereses:
· Los que no han leído, visto la obra pero si merece la pena irán a verla.
· Los que han visto o han disfrutado la obra y quieren contrastar opiniones.
· Los que no acceden a la obra, pero quieren saber de ella para que no los tomen por incultos.
· Personas que leen estas crónicas con el fin de leerlas y con fin cultural.
Los campos objeto de crítica se han aumentado, pero los más tradicionales son las críticas de libros.A lo largo de la historia de la crítica, se han consolidado dos formatos de crítica literaria, que se han trasladado a otros tipos de crítica:
· Ensayo crítico: exige preparación y conocimiento del crítico; exige un despliegue valorativo del autor.
· Reseña bibliográfica: se trata de una idea breve del contenido de la obra y de las principales tesis que se incluyan en esa obra, además de pronunciarse sobre lo que le merezca la obra.
Una reseña no debe confundirse con una crítica, que requiere una mayor elaboración. Entre esos dos extremos existe una fórmula intermedia, que es lo que se conoce como reseña literaria: qué es la obra, qué se dice sobre ella, y además hay que reflejar la impresión obtenida pero sin mayores pretensiones de crítica. La reseña literaria potencia el carácter crítico y es una fórmula fácil para el lector que debe estar al día de las novedades que aparecen en el mercado. La reseña literaria debe informar al lector de seis aspectos fundamentales:
· Debe dar una idea al lector de la naturaleza de la trama, pero sin revelar al lector la sorpresa.
· Hay que mencionar el tipo de obra que es.
· Hay que indicar el lugar de la acción.
· Hay que insinuar la condimentación y el sabor del libro y para eso recomienda la trascripción y reproducción de alguna parte del libro.
· Presentar personajes principales de la obra.
· Hay que expresar la opinión sobre la forma en que el autor ha tratado el tema y su presentación.
Además, se puede incluir una semblanza del autor, si no es conocido, o recordar algunos libros que ha escrito; si esta obra guarda similitud con obras anteriores.
En cuanto a la crítica de libros propiamente dicha, es muy difícil que el medio tenga un crítico y que aborde todas las obras literarias que surjan. Normalmente existe un equipo de críticos, además de los periodistas, que hacen la reseña literaria que aparece en los periódicos más frecuentes. Se usa a los colaboradores para cubrir el campo de la crítica.
El formato que se utiliza frecuentemente: titular, ficha técnica y el texto, sin estructura y tiene que tener los ingredientes anteriores.
Existe una serie de enfoques, según Bona:
· Modelo estético: puede especular sobre la obra porque también se considera creador.
· Modelo formalista: predomina la actitud científica. El crítico no tiene una función creadora sino más bien comparativa, obliga al crítico a utilizar las obras de referencia.
· Modelo culturalista: el crítico estudia la obra en relación con los condicionantes históricos o sociológicos que la han hecho posible.
· Modelo sociológico: está definido por una actitud científica dentro de un concepto cultural o sociológico de la cultura.


[1] En este apartado se comentará el modo en que el autor interviene en el texto. Éste puede adoptar una postura objetiva o subjetiva, realista o fantástica, seria o irónica…etc.Hay que analizar también desde dónde relata la historia (desde afuera, desde arriba, etc.), si aparece o no el narrador y qué punto de vista adopta: tercera persona omnisciente, tercera persona observadora, primera persona protagonista, primera persona testigo, etc.
Tipos de narrador

• Tercera persona limitada: el narrador se refiere a los personajes en tercera persona, pero sólo describe lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje.
• Tercera persona omnisciente: el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los hechos que no han sido presenciados por ningún personaje.
• Tercera persona observadora: el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara desde fuera, no puede describir el interior de los personajes.
• Primera persona central: El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia en primera persona.
• Primera persona periférica: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista.
• Primera persona testigo: un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los acontecimientos.
• Segunda persona narrativa: El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo del protagonista consigo mismo.

[2] La estructura lingüística que dominan estos texto de la crítica están basadas en las manera de colocación de los elementos oracionales y no constituyen un análisis valioso desde el punto de vista discursivo, porque los discursos se desarrollan oportunamente en el campo ampliado de la enunciación más allá de las ordenaciones lógicas o construcciones lineales del texto. Se apoyan de la imagen y del encabezado, son texto multimodales en este sentido. Por otro lado, la ordenación psicológica o envolvente que expresa los elementos sintácticos de interés, no permiten dar claves, por si mismos,  para la lectura de un discurso subyacente en el cuerpo del texto.  A pesar que esta ordenación impulsiva de las oraciones busca impresionar al lector, la intención o el interés del crítico o emisor empírico de la comunicación textual tiende hacia a una interpretación y valoración tomando en cuenta variables metodológicas sin una unidad teórica estructurada.  El texto nos habla, en primera instancia, de la diversidad de niveles y problemáticas que presenta toda propuesta artística, y simultáneamente nos pone en guardia contra la pretensión de un juicio crítico único y definitivo, cuando el carácter de procesos de las obras conlleva, por el contrario,  un despliegue dinámico continuo de nuevos sentidos estéticos. Por tanto, el trabajo discursivo en la estructura sintáctica conlleva un ejercicio de interpretaciones y valoraciones abierto a las reconstrucciones y a las nuevas formulaciones de las obras mismas. El control de las estructuras se puede realizar con niveles bajos de mandos gramatical basándose en el pluralismo de los discursos. Pero, además, el control de la estructura sintáctica se pone en relación con la heterogeneidad cultural que caracteriza hoy nuestra civilización. Cuando la estructura gramatical del texto se constitituye como criterio de análisis presenta una homogeneidad cultural y axiológica  sobre la que es posible fundamentar la unidad del juicio crítico y su pertinencia. Actualmente no hay, en cambio, valores o parámetros culturales homogéneos y por tanto, el control de la estructura está supeditada a estos valores culturales.

Comentarios

  1. buenas noches, estimado Dr. necesito información para mi tesis, por favor podría darme su correo, para escribirle por ese medio, gracias

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