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Alcances de los discursos
Lo que
entendemos por discurso reviste singular complejidad ya que se trata de un
señorío propio a varias materias que no certifican necesariamente
a los mismos estándares de conceptualización. Por ejemplo en el Arte
tiene varias acepciones desde las propuestas de los artistas hasta el conjunto
de conocimientos adquiridos por la historiografía de las artes alimentadas de
distintas escuelas de la teoría del arte. Asimismo, desde las construcciones
curatoriales hasta los programas y guiones de los museos y espacios
expositivos.
“El
discurso es sin duda un espacio en el que se entrecruzan disciplinas, no
importa lo próximas o disímiles que resulten entre sí. Se ha transformado en
una operación vasta y multidisciplinaria de la cual participan por lo menos
media docena de asignaturas distintas, una labor bastante compleja en algunas
de sus ramas. Tanto es así que se ha producido una inevitable especialización y
no siempre está asegurada la comprensión mutua” [1]
Es decir, dentro
de esta transdiciplinariedad podemos reconocer sin embargo una fuerte impronta
lingüística en los estudios del discurso, que se refuerza en los artículos de
E. Benveniste[2] de fines de
la década del 60 en adelante, y que fundamenta la afirmación sobre ‘el hecho
aparentemente paradójico -señala el autor- de que el saber lingüístico es
indispensable para una teoría de los discursos sociales como procedimientos de
exclusión. Algo similar leemos en
M. Foucault cuando dice
textualmente que en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada,
seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos que tienen por
función conjurar poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y
esquivar su pesada y temible materialidad[3].
El tema de la producción de
sentido supone optar por una posición: aquella que sostiene que el
sentido debe ser producido[4].
Así como a partir de cierta materia prima el trabajo del hombre
interviene modificándola para obtener el producto buscado, lo mismo se
puede hacer con un texto, en este caso con un discurso. Tal vez lo mas
importante es cómo se merece caracterizar ese
trabajo específico que se realiza sobre el discurso[5].
[1]
Van Dijk, Teun. Texto y contexto.
Pág 30-60
[2]
E, Benveniste. Problemas de Lingüística General II. México. Siglo XXI
[3]
Foucault. El orden del discurso, Fabula Tusquets Editores, Barcelona
,1999, pág. 14
[4]
Ibidem
[5]
Otros podrán afiliarse a un modelo "arqueológico": Todo está ya allí
( en la naturaleza), solamente hay que des-cubrirlo, la ciencia, por tanto,
sólo describe y clasifica.Creemos que además la ciencia debe poder explicar y
transformar aquellas realidades que aborda. En esencia, el trabajo perfecciona
la naturaleza en la cultura y nos
planteamos varias interrogantes que permitirán desglosar la anatomía del
discurso En este sentido, la noción de discurso como texto se
va a ubicar como unos de los referentes teóricos de esta investigación.
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